El certificado energético: una obligación del propietario
El certificado energético es obligatorio desde 2013, aunque parece que ha caído en el olvido. Por esta razón vamos a recordar qué supone, cuándo y quién debe entregarlo. El propietario es el encargado de hacerlo cuando vende una vivienda o la alquila. Pero, esta obligación, que también es necesaria para locales y oficinas, tiene algunas excepciones.
Están exentos los edificios o parte de los mismos aislados con una superficie útil inferior a 50 metros. También los que se compren para reformas importantes o demolición. E igualmente, las viviendas cuyo uso sea inferior a cuatro meses al año.
Ventajas del certificado energético
Esta calificación, que va desde la A a la G, supone un importante ahorro en la vivienda. Expertos del sector consideran que se pueden ahorrar de media más de 400 euros al año en calefacción o refrigeración. Pero puede ir incluso más allá. La diferencia entre alquilar o comprar una vivienda con calificación energética de consumo G y otra con calificación B se estima en unos 1.500-1.600 euros al año. Además, la certificación refleja cuál es la situación de la vivienda, qué mejoras serían buenas y aconsejables para gastar menos.
Y no olvides, vender o alquilar sin certificado energético conlleva una serie de sanciones que van desde los 300 hasta los 6.000 euros.
Si necesitas más información, la puedes leer en nuestra colaboración habitual en el portal Invertia.
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