Gastos fijos y variables de una segunda residencia
Llegan las vacaciones de invierno o puentes y tener una vivienda en la playa o en la montaña nos da la oportunidad de cambiar de aires. Pero te has preguntado cuánto suponen los gastos fijos y variables. Los analizamos
Toda compra conlleva una serie de impuestos. Si la vivienda es de segunda mano, está sujeta al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP). Este oscila entre el 6 y el 10%, dependiendo de cada comunidad autónoma. Si es nueva, lleva IVA que es del 10%. A esto se une, notaria, registro, gestoría…
Gastos fijos
Además del desembolso de la compra, impuestos, notaria, registro, etc., se deben tener en cuenta los numerosos gastos fijos que implica la propiedad del inmueble, aunque buena parte del año esté vacía.
- Comunidad de vecinos.
- Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI)
- Los suministros de luz o agua tienen un coste mínimo (aunque se no se utilice).
- Tasa de recogida de basuras si la hubiera
- Seguro del hogar
- Alarma
A estos se añade el pago de la hipoteca, en caso de que se haya financiado la compra.
Y no lo olvides. La segunda residencia tributa en la declaración de la renta en el apartado de imputación de renta inmobiliaria. Esto se declara si la vivienda no se ha alquilado y es para uso personal.
Y luego, los variables
- El consumo de los suministros
- Derramas si las hubiera
- Mantenimiento de la vivienda: pintura, cambio de muebles...
- Los arreglos necesarios por el envejecimiento de la misma
Sumados todos, cada uno decide si le compensa o no.
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